Decir "soy esto o aquello" nunca me ha resultado natural. Las presentaciones personales siempre me parecieron insuficientes para expresar lo que realmente somos… Así que prefiero contarte mi historia desde el corazón.

Desde muy pequeño, la música ha sido mi refugio y mi manera de sentirme conectado con lo sagrado. Desde hace más de quince años, el harmonium se ha convertido en mi compañero, el puente a través del cual intento tocar corazones y sintonizar con el amor bondadoso y compasivo. A través de sus notas, busco transmitir lo que para mí da sentido a esta vida: paz, devoción, compasión y amor universal. Todo ello fruto de años de meditación, canto de mantras y estudio profundo de distintas tradiciones espirituales.

Uno de los momentos más significativos de mi camino fue encontrarme con Pandit Krishna Kripa Dasa, cuya guía y dulzura me ofrecieron no solo dirección, sino también mi nombre espiritual, conectándome con una dimensión más profunda de mi ser y de mi camino devocional.

Mi viaje espiritual floreció en la India, donde profundicé en el Budismo y el Sanātana Dharma, dos caminos que han moldeado mi visión del mundo y de lo divino. En el Budismo, la tradición Gelugpa del Tíbet, guiada por Su Santidad el Dalai Lama y Geshe Chöden, me brindó herramientas de compasión y sabiduría. Los grandes maestros Lama Atisha, Lama Tsongkhapa, Naropa y Marpa han sido referentes diarios en la contemplación de la mente y del vacío compasivo.

Mi corazón, sin embargo, ha sido conquistado por la dulzura infinita de Śrī Rādhā y Baba Hanuman, personificación suprema del amor divino. Mi vida está dedicada a Ella y a Él, a su servicio amoroso, y a despertar en otros esa misma devoción. Ella es mi centro, mi inspiración, mi destino.

Encuentro una guía luminosa en Neem Kaoroli Baba, con su visión amorosa del bhakti como entrega total al Ser divino. También en Śrīla A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupāda, cuya misión planetaria reveló el poder transformador del canto de los Santos Nombres. La presencia de Krishna Bijoy Goswami ha sido clave en profundizar mi práctica, y las enseñanzas vivas de Premanand Ji Maharaj, completamente absorbido en el amor por Rādhā, continúan tocando mi alma de forma indeleble.

A todos ellos los siento dentro de mí cuando toco el harmonium. Gracias a sus bendiciones y a la luz constante de mi querida Guru Ma, Keya Goswami, he aprendido que la música devocional no es solo melodía, sino una oración viva que puede abrir corazones y sembrar luz.

Cada vez que canto, mi intención es una: recordarte que el amor es real, que Rādhā  está viva en tu interior, y que la compasión y la entrega pueden transformar el mundo desde adentro.

Déjame acompañarte en este viaje hacia la paz interior y la armonía universal.
Juntos, con cada nota, podemos invocar una sinfonía de amor divino que despierte el alma y abrace a todos los seres.

-ESCÚCHAME-